No existe una receta única para lograr un descanso pleno durante el verano. Sin embargo, lo fundamental es dejar de lado la rutina y romper la rigidez de las actividades y los horarios que tenemos en el año.
¿Es posible descansar en vacaciones y olvidar por completo el trabajo y las responsabilidades? Un verdadero respiro en época estival, luego de la vorágine que vivimos en el año, requiere la realización de diversas actividades de carácter placentero y no rutinario, destinadas al ocio y la recreación, tales como dormir, reposar junto al mar, caminar y contemplar la naturaleza.
Según el psicólogo de Clínica Vespucio, Daniel Holloway, “se trata de actividades de tipo lúdico. Lo fundamental es que nos saquen de nuestra rutina y garanticen la desconexión”.
Y es que todo trabajo, no importando su naturaleza, involucra un desgaste natural y psíquico por diversos motivos: la energía física, cognitiva y/o emocional que invertimos para cumplir con lo que se nos exige; por su carácter repetitivo y rutinario; y por las tensiones y conflictos inherentes a las relaciones interpersonales, sean estas horizontales y/o jerárquicas, con clientes, hijos, familia, amigos, entre otros.
Es por esta razón que el especialista de Clínica Vespucio señala que “los períodos de ocio son tan importantes, ya que son momentos que podríamos denominar como generativos y regenerativos, porque favorecen el desarrollo de la creatividad, junto con ser instancias que ayudan al descubrimiento contemplativo de nosotros mismos y nuestro entorno”.
Si tu objetivo es olvidarte del trabajo, los horarios, las reuniones, los informes y la presión de cualquier actividad que desarrolles, debes considerar lo siguiente:
Conseguir desconectarse de la rutina resulta un gran desafío. Pero ¿cuánto puede tardar ese proceso? Según el psicólogo Daniel Holloway, “no existe un tiempo estándar aplicable para todos. Dependerá tanto de la carga laboral, del grado de estrés y las características físicas y psíquicas de cada sujeto. Sin embargo, se requiere de un período continuo no inferior a las tres semanas para alcanzar niveles de descanso adecuados”. Una aclaración para el final. “El estrés acumulado no se deja de lado. Disminuye en la medida en que vamos restituyendo niveles adecuados de equilibrio”. Y el verano puede ser una buena instancia para lograr ese equilibrio que se pierde en el año
Médico: Daniel Holloway Sahli