La especialista de Clínica Vespucio, Paulina Mella, explica que los alimentos ejercen diversos resultados en el organismo, como el denominado efecto placebo, que se relaciona directamente con la disposición de la persona hacia lo que consume, donde queda claro que esta sensación no tiene que ver con los compuestos químicos, sino con el poder de la mente.
“Para lograr el resultado, solo basta la confianza de que éste ejercerá una acción positiva. Además es importante no prejuzgar ciertos alimentos, sobre todo si son muy beneficiosos, como por ejemplo, el caso de las legumbres en las que tiende a asociarse a que producen hinchazón”, explica la especialista.
Por otra parte, existen una serie de comportamientos frente a las comidas, lo que está determinado por la experiencia que haya tenido la persona. La nutricionista de Clínica Vespucio explica “que los simbolismos o cargas afectivas que se generen en torno a los alimentos son los que posteriormente, establecerán la aprobación o rechazo”.
Lo que sí está claro, es que no se debe abusar del acto placentero de comer, ya que esto podría provocar serios problemas de salud a mediano y largo plazo, más aún si se abusa de los alimentos que aportan un bajo valor nutricional y un alto contenido de sustancias altas en grasas. “Es fundamental no asociar emociones a alimentos, no premiar ni castigar con estos. Esa es una forma de causar muchos estragos nutricionales/emocionales en la vida adulta”, sostiene
Para lograr un equilibrio en la alimentación, la nutricionista explica que se deben conjugar varios aspectos, pero el más importante es respetar los horarios entre una y otra comida. “Cuando la persona pasa por alto o se salta una comida, es posible que aumente su ansiedad e irritabilidad, por lo que sus emociones se hacen más susceptibles y está más vulnerable a comer de más y en horarios no adecuados. Además se debe crear un ritmo en lo que ingerimos, para respetar los otros ritmos del organismo, la respiración, procesos celulares, absorción, digestión, todo genera un pulso, tanto individual como con el entorno. Por ejemplo, ciclos como la noche, el día y estaciones del año, entre otros, son factores que influyen”, comenta.
Existen también otras instancias que marcan la diferencia al momento de asimilar la comida de manera adecuada. La especialista explica que “es importante enfocarse en esta acción, dejando de lado las preocupaciones y el apuro”. Asimismo, recomienda “sentarse a la hora de comer y lo ideal es hacerlo en familia o con más gente, ya que la conversación y la dinámica que se genera en esta instancia ayudan a la desconexión, especialmente laboral”.
Es importante destacar que, en muchas ocasiones comer se transforma en un buen aliado y esto puede ocurrir por varios motivos, como insatisfacción, tristeza o depresión. “A veces, para paliar el dolor interno, la persona tiende a comer grandes cantidades de comida. Esto provoca que se liberen ciertas hormonas que generan placer, pero existen otras formas de secretarlas con acciones más positivas para nuestra salud”. Lo anterior, además de agudizar la situación, puede acarrear serios problemas de salud, como sobrepeso u obesidad y alteraciones en el sueño.
Paulina Mella, nutricionista de Clínica Vespucio, entrega algunos consejos: