En palabras muy simples, la incontinencia urinaria es la pérdida o escape involuntario de orina y, clínicamente hablando, se manifiesta por su escape en los momentos en que no se está orinado. Se trata de una enfermedad más común de lo que pensamos y que, muchas veces, es pasada por alto.
Si bien actualmente no existen cifras oficiales claras sobre cuántos pacientes padecen incontinencia urinaria, los cierto es que, a la luz de la evidencia médica mundial, “estas cifras son de alta prevalencia. En la población femenina, se habla de un 10% a 40% sobre los 40 años, mientras que, en los hombres, de un 10% en el mismo rango etario”, explica el urólogo de Clínica Vespucio, Dr. Walter Candia.
Síntomas
Según el especialista de Clínica
Vespucio, existen distintos síntomas que pueden acompañar a la incontinencia
urinaria: “El escape de orina se puede producir con estos síntomas acompañantes
o no, es decir, no necesariamente el escape está precedido de un deseo
imperioso para orinar. Sucede también en
algunas ocasiones cuando se realiza algún tipo de esfuerzo y, dependiendo de su
intensidad, el escape de orina puede ser de diferente magnitud. El problema es
que, habitualmente, este escape de orina involuntario se asume como algo
natural del envejecimiento y no precisamente como una enfermedad que debe ser
tratada de forma oportuna”.
Diagnóstico
Existen algunos exámenes que ayudan a hacer el diagnóstico diferencial entre los distintos tipos de incontinencia urinaria. “Uno de ellos es el estudio urodinámico, con el que se revisa la vejiga y la uretra en cuanto a su funcionalidad. El otro examen es la cistoscopia, la que permite observar directamente la uretra y la vejiga. Se trata más bien de un examen anatómico de la vía urinaria baja”, explica el Dr. Candia.
Factores de riesgo
“Los factores son variados, se
relacionan con la causa desencadenante de la enfermedad y nos ayudan a
establecer el tipo de incontinencia urinaria”, enfatiza el urólogo. En detalle, podemos enunciar los
siguientes factores de riesgo según su tipo:
Modificables:
- Obesidad y sobrepeso: hacen que sea más sintomática la incontinencia urinaria por esfuerzo, dada la presión dentro del abdomen que se traspasa a la vejiga.
- Estreñimiento: el aumento de los esfuerzos pélvicos para lograr una evacuación efectiva, ejerce presión sobre las estructuras pélvicas y distensión sobre la musculatura del suelo pélvico, lo que hace que este se debilite. Esto se observa en los casos que existe una mala calidad del colágeno de los tejidos.
- Tabaquismo: favorece la aparición de tos crónica, la que provoca un aumento de presión abdominal.
- Consumo de bebidas estimulantes: la ingesta desmesurada de cafeína, alcohol, gaseosas y bebidas con edulcorantes aumenta las ganas de orinar en los casos de vejiga inestable.
- Esfuerzos físicos: condicionan un aumento de la presión abdominal y sobrecarga en las estructuras del piso pélvico, lo que puede agravar los síntomas.
No modificables:
- Antecedentes familiares:
algunas mujeres con antecedentes familiares nacen con la estructura del piso
pélvico más débil, esto se debería a un tipo de colágeno de los tejidos más
laxo.
- Cirugía ginecológica:
una histerectomía (extirpación del útero) o procedimientos como la radioterapia
a nivel pélvico, pueden ocasionar alteraciones de los nervios o las estructuras
que mantienen la continencia.
- Embarazo: algunas
hormonas que se liberan afectan la función de continencia y relajan los tejidos.
También incide el aumento de peso.
- Parto: los
músculos del piso pélvico se estiran al máximo dada la presión que hace la
cabeza del feto al salir por el canal de parto, lo que, asociado a un colágeno
más laxo, predispone a padecer incontinencia urinaria de esfuerzo.
Médico: Dr. Walter Candia GodoyEspecialidad: Urología